Seguramente Patanjali jamás imaginó que su ciencia llegaría tan lejos

martes, 26 de junio de 2012

Yoguis que leen, escritores que practican yoga


Ni lo uno ni lo otro. Eso es lo que pienso a la hora de hacer balance tras la gira primaveral de presentaciones. Es el momento de sacar conclusiones, de planificar los próximos pasos a dar, de diseñar nuevas estrategias para difundir este trabajo. No soy vendedor ni experto en marketing, pero me he propuesto ser un escritor (y yogui) activo.

Veamos. Éstas son las impresiones más importantes que he tenido tras tomar el pulso –de una forma muy modesta, claro está– a los mercados yóguico y literario:

Siguen valiendo las recomendaciones de terceros, sobre todo si estos terceros son figuras de autoridad que recomienden el libro.

En las librerías es más difícil, simplemente porque en ellas no es visible. A veces es mejor intentarlo en otros establecimientos. Exagerando un poco, hasta las carnicerías podrían valer.

Creo que el libro se sitúa en una frontera difícil y poco transitada, entre lo yóguico y lo literario. Y eso puede ser un hándicap, pero también un valor añadido.

En los círculos yóguicos no se valora suficientemente lo literario en sí, sigue valiendo más una tonelada de práctica… Ocurre lo mismo pero a la inversa en los círculos literarios, en los que la disciplina del yoga es un asunto desconocido. Por supuesto, estoy generalizando.

Creo que si el libro encontrara los canales adecuados de difusión podría tener éxito. Desde luego, existen muchas formas de definir el éxito. Para mí ya lo ha tenido, pero aquí hablo de vender ejemplares. En este punto, el éxito consistiría en lograr unas ventas que reportaran unas ganancias que pudieran corresponderse de forma racional con el trabajo realizado. Cosa difícil, porque parece que el éxito es una cosa bastante irracional, o todo o nada.

Los mejores canales quizá sean las entidades, escuelas, librerías o centros híbridos, lugares y personas que muestren un interés sensible en lo novedoso, en lo creativo, que estén abiertos a diferentes tendencias artísticas, culturales, expresivas, etc.

Es muy posible que el verano dé lugar a más reflexiones. Lo interesante es que todas estas cosas son el caldo de cultivo para otras muchas ideas. Algunas de ellas ya están en marcha. Veremos.

2 comentarios:

  1. Es un libro tan novedoso que costará darlo a conocer, tanto en los círculos relacionados con el yoga como entre los que se relacionan con la literatura. Pero es importante que a la gente le llegue y pueda disfrutarlo.
    Yo lo he leído y me ha parecido original e interesante.
    Señor Pez, lo bueno a veces cuesta darlo a conocer, pero hay que insistir con voluntad yóguica.
    Por cierto, esa foto me suena.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Sí, hay que seguir intentándolo. Desde luego, es una aventura recorrer tantos lugares con el libro. De esa forma uno también le toma el pulso al panorama yóguico y literario para seguir planificando cosas. Y es una manera de desarrollar la creatividad, lo cual está muy bien. Un abrazo, yoguis de Cuatro Caminos.

    ResponderEliminar