¡Qué gracia! Parece que los libros que se publican en este país son novedad sólo unos días, o cuando mucho una o dos semanas. Pero no he escrito un libro para eso. Lo he hecho para que sea una novedad permanente, en la medida de lo posible.
Sí, porque, ¿para qué vamos a negarlo?, creo que Los Discípulos, en sí mismos y por sí mismos, pueden crear una tendencia, una nueva moda, una corriente característica. Esa es al menos mi aspiración y no quiero en ningún sentido adjudicarles una fecha de caducidad.
En otro orden de cosas, el verano pesa demasiado y creo que también los pupilos e Mr. Fish merecen un descanso, aunque eso no quita para que saquen la cabeza de vez en cuando desde el fondo de las palabras.