Seguramente Patanjali jamás imaginó que su ciencia llegaría tan lejos

domingo, 23 de junio de 2013

jueves, 21 de marzo de 2013

Ranúnculos, la luna y un zorro muerto

Según se cuenta, cuando el príncipe Siddhārta decidió salir de su palacio, vio consecutivamente a un anciano, un enfermo, un cadáver y un asceta, lo que se suele conocer como las cuatro señales o los cuatro signos, que serían las que a la postre le harían emprender su camino hacia la buddheidad.


Ayer, a lo largo de mi yoga errante, también encontré cuatro señales, marcas de la temporalidad de todas las cosas: ranúnculos en las charcas (indicio de la incipiente primavera), cuarto creciente de luna en el cenit y un zorro muerto en la carretera.


Al ver la cuarta señal: las estrellas en el cielo (también temporales a pesar de parecer eternas), entendí que la hora de volver a casa había llegado. 

martes, 22 de enero de 2013

मत्स्येन्द्रनाथस्य शिष्याः

Creo que estamos en condiciones de escribir el título del libro en devanāgarī, que es el tipo de escritura que se utiliza en sánscrito. Así, Los Discípulos del Señor Pez se traduciría como मत्स्येन्द्रनाथस्य शिष्याः. Si transcribimos esta expresión a caracteres latinos tendríamos matsyendranāthasya śiṣyāḥ, según el Alfabeto Internacional de Transliteración sánscrita (AITS).

El sánscrito es un idioma parecido al latín, y para escribir algo hay que tener en cuenta las declinaciones. En nuestro caso tenemos:
matsyendranātha-sya: genitivo singular, «del señor de los peces».
śiṣyāḥ: nominativo plural de śiṣya, «los discípulos».

De momento las palabras sánscritas que aparecen en Los Discípulos no están escritas con la transliteración correcta; y ese será un «error» a subsanar en próximas ediciones, si es que las hay. De esta forma, por ejemplo, sarvangasana (la postura sobre los hombros) debería escribirse sarvāṅgāsana, donde los símbolos que aparecen por encima de la a y la n indican que la pronunciación de esas letras es diferente a la convencional.

lunes, 14 de enero de 2013

Presentación en Ávila. Mayo de 2012



Este vídeo recoge algunos de los momentos de la presentación de Los Discípulos en el Centro de Psicología, Yoga y Salud Chelo Díaz de Ávila el pasado 19 de mayo de 2012.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Actos psicoliterarios: El Señor Pez en Nueva York

Me he atrevido a designarlo así. Lo psicoliterario como acto: en este caso bajo la forma de un libro arrojado a las fauces de una gran ciudad, como una botella con mensaje arrojada al mar, con la esperanza de que mágicamente alguien advierta la presencia de un Señor Pez que intenta sobrevivir en una isla yóguica desconocida.

He enviado un ejemplar de Los Discípulos a Nueva York, junto con algunos cientos de octavillas en las que puede leerse un fragmento del libro, en inglés y en español. La traducción ha corrido por mi cuenta y he contado con la ayuda de algunos amigos. Podéis leer el fragmento en inglés aquí.


El libro será donado a alguna de las bibliotecas públicas de Nueva York, posiblemente de Brooklyn, y los panfletos serán repartidos por algunos centros de yoga de la ciudad, librerías y otros lugares afines. El objetivo es que el libro también pueda ser leído allí y que las personas que se encuentren con las octavillas puedan sentir algún interés por la historia, o al menos por echar un vistazo a esta web.

Ahora que lo «spanish» y el yoga urbano están tan de moda en la ciudad de los rascacielos, tal vez los «newyorkers» puedan sentir algún interés por el exotismo yóguico de la España rural.



domingo, 11 de noviembre de 2012

Yoga, literatura, fenomenología y guruísmo: en la era del mindfulness y de la espiritualidad 3.0

Construir un puente entre el yoga y la literatura: una nueva tarea. Como si fuera poca cosa el acueducto que a veces se adivina entre ciencia y espiritualidad. Lo cierto es que ese puente siempre ha existido, aunque los hathayoguis modernos no lo transiten demasiado.

La tradición hindú es rica en obras literarias imprescindibles, pero parece que todo el mérito literario se lo concedemos a los sabios de la antigüedad o a los pocos iluminados que de vez en cuando irrumpen en escena, o a los que consideramos iluminados.

Apelamos a las tablas de las leyes yóguicas que ya están escritas. Y mientras tanto muy pocos hablan de su experiencia, de su verdadera y sincera experiencia de vida a la luz del yoga. No me refiero a lo que se debe experimentar, sino a lo que verdaderamente se experimenta. Necesitamos un lived-yoga que no preste demasiada atención a las rutas preestablecidas –ya casi petrificadas- de los fundadores.

Gurú

Pero las cosas parecen estar cambiando, aunque todavía eso que podemos llamar guruísmo tiene un gran peso en nuestra forma de concebir nuestra ciencia. Y sin embargo el hecho de seguir de forma incondicional, y a veces compulsiva, a un determinado gurú puede no ser suficiente. De hecho, nunca es suficiente.

Pronto dejaremos de referirnos a ellos como la única fuente de autoridad que pueda sancionar nuestras prácticas y posiblemente nuestros logros. Tal vez ellos mismos dejen de ser el único faro que pueda iluminarnos en nuestro viaje hacia el Atman, porque quizá muy pronto nuestra idea de lo que es el Atman cambie de forma irreversible.

Estamos entrando en la era del mindfulness y de la espiritualidad 3.0. El propio espíritu dejará de ser un lugar al que ir para convertirse en una experiencia que compartir. ¿Por qué no poner sobre la mesa los descubrimientos yóguicos personales para ver qué es lo que realmente compartimos?

Sigue pesando la práctica y el pensamiento de que la práctica es lo más importante. Eso aún delata nuestro compromiso con los cánones tradicionales. Pero aquí de lo que se trata, más que de práctica y de los pormenores de la misma, es de ver qué pasa realmente por dentro y de saber comunicarlo a los demás sinceramente.

Y así llegamos a la fenomenología. Desde luego, no vamos a tirar los mapas del espíritu tradicionales, pero quizá tendríamos que apostar por tratar de abrir nuevas rutas en el océano de la conciencia. Encabezar expediciones pioneras requiere probablemente un gran esfuerzo, pero cuando nuestras ideas de lo que es la conciencia y el espíritu se caigan por su propio peso no tendremos más remedio que hacerlo. Y entonces Los Discípulos seguirán estando ahí.

sábado, 13 de octubre de 2012

Yoga en Villavieja de Yeltes

He pensado que puede ser interesante seguir ampliando la mediateca de Los Discípulos: las imágenes como complemento del libro o al menos como una ayuda curiosa que nos sitúe en la historia.

En el vídeo pueden verse algunas de las cosas que rodean a mi clase de Villavieja: el paisaje de la comarca, el colegio en las afueras del pueblo, los campos que se ven desde el gimnasio en el que practicamos, lugares de vacas que se mueven y a veces asustan...

Tal vez haya personas en los pueblos cercanos que se animen a acompañarnos a partir de ahora: Yecla de Yeltes, Pozos de Hinojo, Bogajo, Fuenteliante, Villares de Yeltes...