Acabo de corregir las primeras pruebas de imprenta, un trabajo verdaderamente arduo. Siempre hay cosas que pueden mejorarse, comas que cambiar de sitio, palabras más adecuadas para expresar ciertas ideas, tildes que había pasado por alto. En función de la maquetación, parece que el libro tendrá finalmente unas trescientas páginas.
Quiero que el libro esté en la calle en Mayo, independientemente del crowdfunding, que sigue su curso. Más allá de esa fecha (parálisis estival), no habrá margen de maniobra para dar a conocer los discípulos. Como siempre, pienso en la Casa de las Conchas para la presentación.
Respecto a los marcapáginas, ya tengo las cartulinas para imprimirlos. Verdes, aunque las que me han mandado, vía Internet, son un tanto pasteleras. Quiero un verde fuerte, como el fondo de esta página, para que no desentone. Imprimir, cortar y repartir. En principio, dos mil quinientos, como estaba previsto.
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