Desliteralizar el yoga. ¿Qué significa esto? Porque esa parece ser la dirección hacia la que apuntan Los Discípulos. Para empezar, no tomar las cosas al pie de la letra de los textos y tratados clásicos del hatha yoga y de la tradición hindú. Tampoco al pie de las asanas o de todo lo que se pueda decir de ellas.
Especifiquemos, aunque no sea fácil. Están los referentes, los grandes maestros y sabios, Sivananda, Yogananda, Vivekananda…, las autoridades a las que apelamos, porque siempre hay un criterio de autoridad que buscamos a la hora de emprender tal o cual práctica o estudio de una u otra tradición, algo necesario por otra parte.
Pero aquí se trata de dar un pequeño giro o, cuando menos, de mantener abierta una doble vía o visión. Los Discípulos se adhieren a un criterio de autoridad que se fundamenta, se construye y crece desde la imaginación y desde la creatividad. Y eso puede enriquecer nuestro entendimiento del yoga y nuestra propia práctica.
No renuncian a las descripciones e ideas conocidas. Sarvangasana, pongamos por caso, es lo que es tal como se nos ha contado, pero también puede ser vista utilizando esta otra alternativa, que también es metafórica: un árbol invertido cuyas raíces (los pies) se abren al firmamento tratando de atraer las potencias cósmicas, el sexo se ventila mientras muladhara recibe un soplo sutil de aire fresco.
Creo que esta doble visión es legítima y necesaria, en particular si queremos que los caminos yóguicos tradicionales no acaben definiéndonos demasiado. No se trata tanto de transitar por un camino prefijado según dictan los cánones como de poner el yoga al servicio de nuestra trayectoria espiritual personal.
Uno mismo es el camino, el caminante y la meta. La práctica yóguica no sólo es una tecnología para la transformación de la conciencia, también es un arte y, por tanto, una cultura, pero un arte maleable, cambiante, vivo, que desborda los moldes clásicos a golpe de imaginación. El yogui es el yogui y sus circunstancias, esto es, su vida. Los Discípulos, antes que yoguis, son seres humanos que viven, que aman, que practican sexo, que se hacen preguntas, que dudan, que temen. En definitiva, son seres humanos comunes y corrientes que no renuncian a esas cosas.
Me ha gustado mucho tu frase: El yogui es el yogui y sus circunstancias.
ResponderEliminarEs verdad, hay que estudiar los textos esenciales, pero es necesario hacerlo sin integrismo, ponerlos al día, adaptarlos a nuestras circunstancias.
No de un modo acomodaticio y frívolo, sino como auténticos yoguis que son capaces de ver la realidad tal cual y adaptarse a ella con energía, fe y contentamiento.
Muy buen post, gracias. Es profundamente yoga. Un saludo
http://www.unyoguiencuatrocaminos.blogspot.com/