Éste es uno de los puntos diferenciales de Los Discípulos, su verdadera marca de fábrica, su principal seña de identidad: la experiencia de una vía yóguica original, una experiencia vivida, sentida y contada.
Pero no es el único. Volveré a recordar una vez más algunas de las cosas por las que el libro puede ser interesante, y no sólo para yoguis y yoguinis:
Es el relato de una vida yóguica contado en primera persona.
Se aleja de los convencionales manuales de yoga, tan abundantes hoy día.
Da una perspectiva de la práctica yóguica diferente a las convencionales.
Pretende ser literatura, en el sentido más alto del término.
Es una aventura espiritual, en el sentido más profundo del término.
Se trata de una historia amena repleta de anécdotas. Una máxima: de cada anécdota, una enseñanza.
Intenta elevar al rango del mito la historia de los yoguis y yoguinis comunes y corrientes. Otra máxima: de lo cotidiano, la más excelsa sabiduría.
Pretende reivindicar la singularidad del yoga y de la espiritualidad que nosotros, los occidentales, hemos heredado, producido y tenemos la responsabilidad de seguir produciendo.
Y habrá más, pero eso lo tendréis que descubrir vosotros. Yo sólo puedo invitaros a que os hagáis con el libro y saquéis vuestras propias conclusiones. Creo que Los Discípulos aún pueden decir muchas cosas. Y lo harán. Volverán a estar en la brecha a mediados de Septiembre.
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