No olvido las protocolarias iniciaciones de la tradición gurukula (maestro-discípulo), pero pienso que ya es hora de que el maestro interno salga a pasear un rato y hable con su propia voz, porque a buen seguro tiene mucho que decir.
Desde luego, siempre necesitaremos referencias externas y escuchar a los expertos en yoga que tengan más experiencia que nosotros. Sin embargo, deseo resaltar que nuestra vida yóguica es única, original y tiene un gran valor, y nunca carece de una sabiduría innata.
El mundo literario es otro cantar, y más en los tiempos que corren. Como no sea uno el que se promocione, me temo que hay poco que hacer. No creo que haya nada definitivo sobre la forma de editar y vender un libro. Así pues, marquemos nuestro propio estilo, iniciémonos con nuestras propias formas, démonos nuestros propios nombres, grabemos en nuestro ajna chakra la impronta genuina de nuestro propio carácter.
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